Pero era una celda muy peculiar, estaba muy bonita. Tenia una mesa con un mantel verde, flores, una litera bien acomodada de color caoba, el sanitario limpio y refrigerada. Nada mal.
Sin embargo, no podia dejar de sentirme mal, me acordaba de que ya no podria continuar con mi vida normal, dejaria de hacer las cosas que tanto me gustan, dejaria de ver a mis amigos... aunque estos me habian dejado de visitar desde que se enteraron de mi situacion.
Una soledad antes de empezar.
Una sola visita tuve antes de cumplir mi pena. Me trajo unos pinguinos. Ni siquiera me los comi pero fui muy feliz. Llore, llore y llore mas mientras me abrazaba, no queria estar ahi.
Me desperte y estaba en mi cuarto. Entre las sabanas y la refrigeracion prendida, exquisito. No le pude pedir mas a la vida en ese momento. Despues de quedarme ahi un buen rato, llego mi perro a despertarme, bendito! Hace mucho que lo elemental no me hacia sentir tan dichosa. :)
Aniestra
como dicen por ahi, uno no se da cuenta del valor de las cosas hasta que lo pierde, aun que a veces no lo pierda del todo
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