pero siempre que salieras a la calle tendrías un día soleado y un calor infernal.
En el segundo encuentro hacía frío de verdad.
Tenia el amago de ser:
el que te seduciría hasta el fin de tus dias
el que te dejaría con su loción impregnada
el que te haría sentir mujer
el que te rozaría con delicadeza
el que juraría ser tierno contigo
el que te enamoraría con mentiras lindas
ese que todas quisieran tener aunque solo fuera en secreto
en fin, el que nunca olvidarías y siempre recordarías.
Pero me equivoque con el pronóstico...
Sus manos temblaban y trataba de retractarse
pero se aguanta porque el es hombre y ya esta ahí
ni besaba de locura
ni hacia maravillas
y de las galanterías, ni hablar.
Mas bien era un pequeño ingenuo que trataba de probar algo que seguramente escucho en alguna reunión de hombres presumidos.
"El beso húmedo de la felicidad que nunca se dio ni existió. "
Aniestra